EDICIONES AVERSIVAS

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miércoles, 15 de mayo de 2013

ASALARIAXS ENQUISTADXS


-Según las encuestas del C.I.S (Centro de Investigaciones Sociológicas) el primer problema de lxs ciudadanxs es el paro. Nos dicen que ya hay 6 millones de paradxs, es decir, el 26% de la población activa del Estado Español. Parece que no se vislumbra ninguna salida para la creación de empleo y la juventud es de las más afectadas. Ya no se habla de conseguir un buen trabajo con un buen sueldo, ahora sólo se busca conseguir un trabajo, sea cual sea y como sea. Las sucesivas reformas laborales que se han aplicado a la masa trabajadora han precarizando el trabajo aún más y se han disminuido cada vez más los derechos laborales y sindicales. Parece que una receta para esconder el problema del paro ya la han encontrado fijándose en Alemania: los minijobs1 (mini-empleos), trabajos ideales para la juventud desposeída y adiestrada, mal pagados y precarios. La servidumbre voluntaria se ha transformado en servidumbre necesariamente adorada. Si las condiciones de trabajo ya eran bastante penosas anteriormente, tras la crisis y el fantasma del paro amenazando en cada casa, no nos paramos a pensar el tipo de trabajo que nos ofrecen y acatamos cualquier condición por inmunda que sea. La sociedad del consumo se nos escapa de las manos y nos pueden desahuciar de nuestrxs hipotecadas vidas que tantos años de trabajo y esfuerzo nos ha costado y más que nos costaran en el futuro nuestro o en el de nuestrxs hijxs. Como autómatas en la rutina del día a día hemos ido conformando durante años en nuestra existencia sumisión y obediencia a la autoridad, ya que hemos sido aleccionados en la fabrica llamada escuela (publica o privada) o en la universidad. Perdiendo el control de nuestras vidas y adaptándonos a las exigencias del mercado laboral hemos sido desposeídos de nuestra autonomía y nuestra libertad para decidir o crear, convirtiéndonos en un engranaje más de la maquinaria y acometiendo lo que nos ordenaban nuestros superiores o el Mercado.

La irresponsabilidad, la necesidad o la falta de conciencia nos está llevando a contribuir aún más con los trabajos más penosos o destructivos que podamos imaginar. Las megainfraestructuras que necesita la sociedades modernas para seguir creciendo y expandiendirse por el territorio, destruyendo y arrasando con todo lo que se opone a su paso con la excusa de que crean empleo, y que ayudarán a reducir el paro en la comunidad donde se impongan, se han convertido en el futuro y en el sueño de muchxs trabajadorxs y especuladorxs. Proyectos como los trenes de Alta Velocidad, el fracking, la Alta Tensión, la captura y almacenamiento de CO2, las nucleares, los vertederos, los transgenicos, las eólicas, los campos de golf o Eurovegas se cuestionan muy poco entre la población ya que por lo general la gente siempre sale con el argumento de “¡es que crea puestos de trabajo!” y ahí se queda, no se preguntan cuales podrían a ser sus consecuencias en su localidad o a nivel global. Basta con nombrar que con ello se ayudará a familias que están en el paro y que lo están pasando muy mal y se cerrarán bocas. Pero el grado de destrucción medioambiental que crearán, el trabajo precario y temporal que producirán y la repercusión en nuestra salud que generarán parece que dan igual, con el simple hecho de generar un trabajo de mierda todo vale. Otra fuente de trabajo inmundo en la que parece que hay poco paro es para policía o para militar. El sistema represivo siempre busca carnaza para engrosar sus filas y se nutre con esa juventud patriótica y acrítica que celebra entusiasmada los éxitos de la selección y de vez en cuando apalean a algún inmigrante o mendigo, también lxs hay porque no encuentra otra cosa y les da igual servir para lo que sea. En la sociedad del control y la militarización de los territorios siempre habrá un puesto de trabajo esperando al mejor mercenario.

Estamos adaptadxs a una miserable vida de esclavxs, sobornadxs por el caramelito de la sociedad del consumo y sus miles de souvenires industriales; nuestra servidumbre voluntaria se fortalece y vemos necesario el entregar nuestro tiempo vital a lxs dueñxs de los medios de producción y de las empresas. No podemos decir que vivimos en libertad en una sociedad jerárquica y autoritaria donde solo eres una pieza más en su cadena de sumisión y miedo asalariado. El trabajo ha sido totalmente prostituido y vendido al mejor postor, con la división internacional del trabajo y su brutal especialización, la clase trabajadora se ha convertido en una masa amorfa de intereses y necesidades contrapuestas, diluyéndose así su unión y su fuerza, vendida también por los sindicatos de la negociación y del poder. El individualismo consumista y egocéntrico nos ha recluido en nuestras casas buscando la seguridad y conectados con el mundo exterior por medio de un cable que nos modela y condiciona. Por lo que rebelarse contra el trabajo asalariado y por su abolición suena a chiste utópico. La lucha de clases por conquistar los medios de producción y autogestionarlos queda muy lejos aunque en Grecia y en otros lugares ya ha habido alguna experiencia en pleno siglo XXI y sabemos que es posible y realizable pero ¿qué queremos autogestionar?,¿la esclavitud al sistema de producción y consumo?. Necesitamos una verdadera crítica al modelo de vida moderno de consumo-trabajo-ocio para liberarnos de este yugo y poder autogestionar nuestras vidas realmente, tarea ardua y dura pero satisfactoria y libre. La crisis actual es más estructural que pasajera y su gestión pasa por fomentar el crecimiento y el desarrollo hasta que o colapse el sistema o la naturaleza. La población mundial sigue aumentando y dicen que llegará hasta 10.000 o incluso 12.000 millones de personas, siguiendo con un consumo similar a la actual, tanto de materias como de energías, no sabemos si podrá seguir surtiendonos o todo quedará arrasado por nuestra existencia. Necesitaríamos varios planetas más para continuar con nuestro festín saqueador Por lo que deberíamos plantearnos este modelo de sobreconsumo y derroche y por lo tanto de producción. Si queremos seguir exprimiendo está gran naranja azulada tendremos que asumir las consecuencias, lo triste es que seguramente tengan que pagar los platos rotos nuestrxs hijxs y las futuras generaciones.

Todo está mecanizado y maquinizado, lxs trabajadorxs son sólo un apéndice de la maquina. La maquina determina y marca el ritmo de trabajo, asegura el control y la disciplina laboral. Las ordenes nunca dejan de existir, tan sólo se insertan despersonalizadas en el diseño científico racional del trabajo. Igualmente, el valor de trabajo social desaparece en esa relación de exclusividad que el trabajador mantiene con la maquina.2 Simples engranajes sustituibles e intercambiables, agradecidxs por su suerte de estar empleadxs; que no eligen su destino y que son obligadxs a venderse (muchxs mal pagadxs) ya que no tienen el poder ni los medios de crear y gestionar su existencia. El trabajo del sector primario funciona prácticamente por maquinas y el terciario por ordenadores, la artificialización ha copado todos los rincones que alberga el trabajo asalariado y ha ahorrado el numero y eficiencia de lxs empleadxs. La tecnología ha cooptado el sistema de producción mientras nos aísla del control y de la gestión autónoma sin jerarquía, centralización y especialización. La autonomía obrera es imposible es un sistema tan complejo y totalizador.

Volviendo al tema de la energía y del mantenimiento de nuestras cadenas fabriles seriadas, y a la catástrofe medioambiental y humanitaria que ha creado el sistema tecno-industrial, tenemos que plantearnos seriamente su existencia (ya que no es sostenible) y los limites naturales a los que estamos regidos pues sus recursos no son ilimitados. Está claro que para sobrevivir en esta sociedad por lo general hay que trabajar (aunque es algo relativo) y no estamos por la abolición del trabajo asalariado para tumbarnos a la bartola y a esperar que nos lo den todo hecho, claro que no, pues acabaríamos pereciendo por inanición. La cuestión es si ser esclavos y victimas de nuestro propio sistema productivo. Los procesos industriales contienen las estructuras técnicas de la opresión ¿como defenderlos?, ¿porqué hacerlo?, se defienden porque no tenemos nada, estamos desposeídxs por lxs dominadorxs y no podemos autogestionar nuestras vidas. Responder al porqué es más complicado, pero podríamos decir que por nuestra sensación de bienestar gracias a la abundancia de bienes materiales, por nuestro brutal hedonismo y odio al esfuerzo o por el condicionamiento y adiestramiento que hemos sido sometidxs desde que nacemos. Defender lo indefendible es de mediocres, y lo somos, pues la obediencia a la autoridad y la desinformación a la que somos sometidxs a cada instante nos anula. Lxs capitalistas y sus lacayos se han blindado inculcandonos pensamientos irrelevantes fabricados en serie, como sus productos, mediante el espectáculo televisivo y las drogas publicitarias, deshumanizandonos y haciéndonos meros autómatas del consumo-trabajo mientra ellxs se enriquecen y mantienen una vida de lujo, estatus y poder.

Si queremos mantenernos como especie en este planeta y vivir en Libertad, en condiciones saludables tanto nosotrxs como las demás especies animales y vegetales, tenemos que utilizar energías y herramientas que no deriven en un sistema de esclavitud ni de devastación ambiental; sin jerarquías ni autoridad ni dominación, buscando la armonía con la naturaleza y en nuestras relaciones. Tenemos que trabajar para nosotrxs mismxs y para todxs sin amxs ni esclavxs. No alimentemos las cadenas de la opresión sino el camino de la autogestión hacia la emancipación humana y animal.

1 Son puestos poco cualificados a tiempo parcial. Son trabajos precarios cuyo salario no llega ni a la mitad del sueldo mínimo interprofesional pues no superará la cuantía de los 400€ donde además la capacidad de progresión o el salario por antigüedad quedan en el olvido. Los miniempleos permiten cotizar para la jubilación, pero la pensión a la que pueden acceder los/as trabajadores una vez se retiren (que por ley, en el Estado alemán, es a los 67 años) es irrisoria: máximo 3,11€ de pensión al mes por cada año trabajado. Trasladado a la vida real, esto significa que una persona que haya trabajado limpiando casas o sirviendo mesas durante 45 años bajo esta modalidad, y que a la vez cotice a la Seguridad Social, tendrá al jubilarse una pensión mensual de 139,95€, según un informe del Ministerio de Trabajo alemán. Sus destinatarios: los jóvenes. Fuente: Todo por Hacer.
2Trabajo Infinito. Antonio Ohiruela. Revista Raíces numero 4

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