-Según las encuestas del C.I.S
(Centro de Investigaciones Sociológicas) el primer problema de lxs
ciudadanxs es el paro. Nos dicen que ya hay 6 millones de paradxs, es
decir, el 26% de la población activa del Estado Español. Parece que
no se vislumbra ninguna salida para la creación de empleo y la
juventud es de las más afectadas. Ya no se habla de conseguir un
buen trabajo con un buen sueldo, ahora sólo se busca conseguir un
trabajo, sea cual sea y como sea. Las sucesivas reformas laborales
que se han aplicado a la masa trabajadora han precarizando el trabajo
aún más y se han disminuido cada vez más los derechos laborales y
sindicales. Parece que una receta para esconder el problema del paro
ya la han encontrado fijándose en Alemania: los minijobs1
(mini-empleos), trabajos ideales para la juventud desposeída y
adiestrada, mal pagados y precarios. La servidumbre voluntaria se ha
transformado en servidumbre necesariamente adorada. Si las
condiciones de trabajo ya eran bastante penosas anteriormente, tras
la crisis y el fantasma del paro amenazando en cada casa, no nos
paramos a pensar el tipo de trabajo que nos ofrecen y acatamos
cualquier condición por inmunda que sea. La sociedad del consumo se
nos escapa de las manos y nos pueden desahuciar de nuestrxs
hipotecadas vidas que tantos años de trabajo y esfuerzo nos ha
costado y más que nos costaran en el futuro nuestro o en el de
nuestrxs hijxs. Como autómatas en la rutina del día a día hemos
ido conformando durante años en nuestra existencia sumisión y
obediencia a la autoridad, ya que hemos sido aleccionados en la
fabrica llamada escuela (publica o privada) o en la universidad.
Perdiendo el control de nuestras vidas y adaptándonos a las
exigencias del mercado laboral hemos sido desposeídos de nuestra
autonomía y nuestra libertad para decidir o crear, convirtiéndonos
en un engranaje más de la maquinaria y acometiendo lo que nos
ordenaban nuestros superiores o el Mercado.
La irresponsabilidad, la
necesidad o la falta de conciencia nos está llevando a contribuir
aún más con los trabajos más penosos o destructivos que podamos
imaginar. Las megainfraestructuras que necesita la sociedades
modernas para seguir creciendo y expandiendirse por el territorio,
destruyendo y arrasando con todo lo que se opone a su paso con la
excusa de que crean empleo, y que ayudarán a reducir el paro en la
comunidad donde se impongan, se han convertido en el futuro y en el
sueño de muchxs trabajadorxs y especuladorxs. Proyectos como los
trenes de Alta Velocidad, el fracking, la Alta Tensión, la captura y
almacenamiento de CO2, las nucleares, los vertederos, los
transgenicos, las eólicas, los campos de golf o Eurovegas se
cuestionan muy poco entre la población ya que por lo general la
gente siempre sale con el argumento de “¡es que crea puestos de
trabajo!” y ahí se queda, no se preguntan cuales podrían a ser
sus consecuencias en su localidad o a nivel global. Basta con nombrar
que con ello se ayudará a familias que están en el paro y que lo
están pasando muy mal y se cerrarán bocas. Pero el grado de
destrucción medioambiental que crearán, el trabajo precario y
temporal que producirán y la repercusión en nuestra salud que
generarán parece que dan igual, con el simple hecho de generar un
trabajo de mierda todo vale. Otra fuente de trabajo inmundo en la que
parece que hay poco paro es para policía o para militar. El sistema
represivo siempre busca carnaza para engrosar sus filas y se nutre
con esa juventud patriótica y acrítica que celebra entusiasmada
los éxitos de la selección y de vez en cuando apalean a algún
inmigrante o mendigo, también lxs hay porque no encuentra otra cosa
y les da igual servir para lo que sea. En la sociedad del control y
la militarización de los territorios siempre habrá un puesto de
trabajo esperando al mejor mercenario.
Estamos adaptadxs a una
miserable vida de esclavxs, sobornadxs por el caramelito de la
sociedad del consumo y sus miles de souvenires industriales; nuestra
servidumbre voluntaria se fortalece y vemos necesario el entregar
nuestro tiempo vital a lxs dueñxs de los medios de producción y de
las empresas. No podemos decir que vivimos en libertad en una
sociedad jerárquica y autoritaria donde solo eres una pieza más en
su cadena de sumisión y miedo asalariado. El trabajo ha sido
totalmente prostituido y vendido al mejor postor, con la división
internacional del trabajo y su brutal especialización, la clase
trabajadora se ha convertido en una masa amorfa de intereses y
necesidades contrapuestas, diluyéndose así su unión y su fuerza,
vendida también por los sindicatos de la negociación y del poder.
El individualismo consumista y egocéntrico nos ha recluido en
nuestras casas buscando la seguridad
y conectados con el mundo exterior por medio de un cable que
nos modela y condiciona. Por lo que rebelarse contra el trabajo
asalariado y por su abolición suena a chiste utópico. La lucha de
clases por conquistar los medios de producción y autogestionarlos
queda muy lejos aunque en Grecia y en otros lugares ya ha habido
alguna experiencia en pleno siglo XXI y sabemos que es posible y
realizable pero ¿qué queremos autogestionar?,¿la esclavitud al
sistema de producción y consumo?. Necesitamos una verdadera crítica
al modelo de vida moderno de consumo-trabajo-ocio para liberarnos de
este yugo y poder autogestionar nuestras vidas realmente, tarea ardua
y dura pero satisfactoria y libre. La crisis actual es más
estructural que pasajera y su gestión pasa por fomentar el
crecimiento y el desarrollo hasta que o colapse el sistema o la
naturaleza. La población mundial sigue aumentando y dicen que
llegará hasta 10.000 o incluso 12.000 millones
de personas, siguiendo con un consumo similar a la actual, tanto de
materias como de energías, no sabemos si podrá seguir surtiendonos
o todo quedará arrasado por nuestra existencia. Necesitaríamos
varios planetas más para continuar con nuestro festín saqueador Por
lo que deberíamos plantearnos este modelo de sobreconsumo y derroche
y por lo tanto de producción. Si queremos seguir exprimiendo está
gran naranja azulada tendremos que asumir las consecuencias, lo
triste es que seguramente tengan que pagar los platos rotos nuestrxs
hijxs y las futuras generaciones.
Todo
está mecanizado y maquinizado, lxs trabajadorxs son sólo
un apéndice de la maquina. La maquina determina y marca el ritmo de
trabajo, asegura el control y la disciplina laboral. Las ordenes
nunca dejan de existir, tan sólo se insertan despersonalizadas en el
diseño científico racional del trabajo. Igualmente, el valor de
trabajo social desaparece en esa relación de exclusividad que el
trabajador mantiene con la maquina.2
Simples engranajes sustituibles
e intercambiables, agradecidxs por su suerte de estar empleadxs; que
no eligen su destino y que son obligadxs a
venderse (muchxs mal pagadxs) ya que no tienen el poder ni los medios
de crear y gestionar su existencia. El trabajo del sector primario
funciona prácticamente por maquinas y el terciario por ordenadores,
la artificialización ha copado todos los rincones que alberga el
trabajo asalariado y ha ahorrado el numero y eficiencia de lxs
empleadxs. La tecnología ha cooptado el sistema de producción
mientras nos aísla del control y de la gestión autónoma sin
jerarquía, centralización y especialización. La autonomía obrera
es imposible es un sistema tan complejo y totalizador.
Volviendo al tema de la energía
y del mantenimiento de nuestras cadenas fabriles seriadas, y a la
catástrofe medioambiental y humanitaria que ha creado el sistema
tecno-industrial, tenemos que plantearnos seriamente su existencia
(ya que no es sostenible) y los limites naturales a los que
estamos regidos pues sus recursos no son ilimitados. Está claro que
para sobrevivir en esta sociedad por lo general hay que trabajar
(aunque es algo relativo) y no estamos por la abolición del trabajo
asalariado para tumbarnos a la bartola y a esperar que nos lo den
todo hecho, claro que no, pues acabaríamos pereciendo por inanición.
La cuestión es si ser esclavos y victimas de nuestro propio sistema
productivo. Los procesos industriales contienen las estructuras
técnicas de la opresión ¿como defenderlos?, ¿porqué hacerlo?, se
defienden porque no tenemos nada, estamos desposeídxs por lxs
dominadorxs y no podemos autogestionar nuestras vidas. Responder al
porqué es más complicado, pero podríamos decir que por nuestra
sensación de bienestar gracias a la abundancia de bienes materiales,
por nuestro brutal hedonismo y odio al esfuerzo o por el
condicionamiento y adiestramiento que hemos sido sometidxs desde que
nacemos. Defender lo indefendible es de mediocres, y lo somos, pues
la obediencia a la autoridad y la desinformación a la que somos
sometidxs a cada instante nos anula. Lxs capitalistas y sus lacayos
se han blindado inculcandonos pensamientos irrelevantes fabricados en
serie, como sus productos, mediante el espectáculo televisivo y las
drogas publicitarias, deshumanizandonos y haciéndonos meros
autómatas del consumo-trabajo mientra ellxs se enriquecen y
mantienen una vida de lujo, estatus y poder.
Si queremos mantenernos como
especie en este planeta y vivir en Libertad, en condiciones
saludables tanto nosotrxs como las demás especies animales y
vegetales, tenemos que utilizar energías y herramientas que no
deriven en un sistema de esclavitud ni de devastación ambiental; sin
jerarquías ni autoridad ni dominación, buscando la armonía con la
naturaleza y en nuestras relaciones. Tenemos que trabajar para
nosotrxs mismxs y para todxs sin amxs ni esclavxs. No alimentemos las
cadenas de la opresión sino el camino de la autogestión hacia la
emancipación humana y animal.
1
Son
puestos poco cualificados a tiempo parcial. Son trabajos precarios
cuyo salario no llega ni a la mitad del sueldo mínimo
interprofesional pues no superará la cuantía de los 400€ donde
además la capacidad de progresión o el salario por antigüedad
quedan en el olvido. Los
miniempleos permiten cotizar para la jubilación, pero la pensión a
la que pueden acceder los/as trabajadores una vez se retiren (que
por ley, en el Estado alemán, es a los 67 años) es irrisoria:
máximo 3,11€ de pensión al mes por cada año trabajado.
Trasladado a la vida real, esto significa que una persona que haya
trabajado limpiando casas o sirviendo mesas durante 45 años bajo
esta modalidad, y que a la vez cotice a la Seguridad Social, tendrá
al jubilarse una pensión mensual de 139,95€, según un informe
del Ministerio de Trabajo alemán.
Sus destinatarios: los jóvenes. Fuente: Todo por Hacer.
2Trabajo
Infinito. Antonio Ohiruela. Revista Raíces numero 4
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